Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) son el resultado de poner en interacción la informática y las telecomunicaciones. Todo, con el fin de mejorar el procesamiento, almacenamiento y transmisión de la información.
Consiguiendo de esta manera mejorar el nivel de nuestras comunicaciones. Creando nuevas formas de comunicación más rápida y de mayor calidad. Mejoras que reducen costes y tiempo, de aplicación tanto al mundo de los negocios como a la vida misma. Proporcionándonos una mayor comodidad y mejorando nuestra calidad de vida a la vez que se aboga por el medio ambiente.
Los terminales, las redes y los servicios, por tanto, también pueden ser clasificadas según hagan un uso u otro de estos elementos.
En relación a los dispositivos mucho es lo que se ha avanzado. El ordenador ha evolucionado desde su aparición y sigue haciéndolo a un ritmo vertiginoso. Al igual que los aparatos periféricos que lo complementan, ofreciendo otras posibilidades.
En cuanto a las redes que permiten que los dispositivos estén interconectados, la piedra angular sería el internet. Su impacto en la sociedad no se puede explicar en unas líneas, pero es lo que hace girar este mundo. Las TICs han hecho un arduo trabajo en el campo de las redes. Mejorando la telefonía fija, la telefonía móvil, el propio internet pasando de la conexión telefónica a la banda ancha, después a la fibra óptica y llevando la conexión a los móviles. Permitiendo así que estemos informados al momento.
La Literatura y su relación con las TIC's:
La universalización de internet ha significado la aparición de nuevos medios de comunicación, de nuevos géneros de textos o la modificación de los ya existentes, de nuevas situaciones de lectura y escritura, etc. Los cambios en las formas de comunicación en los diferentes ámbitos de la actividad social demandan nuevas competencias en el modo de leer y de escribir.
Esta ampliación del concepto de alfabetismo es el hecho más relevante que se ha de abordar cuando se reflexiona sobre las relaciones entre las tecnologías de la información y de la comunicación y la enseñanza de la lengua y la literatura
Cambios en la producción y recepción en la literatura:
Desde su nacimiento, la literatura ha estado relacionada con la tecnología. La poesía oral requería unas determinadas estructuras basadas principalmente en la repetición, con una finalidad no sólo estética sino también mnemotécnica que facilitara la comunicación; así, la tecnología de la comunicación oral se puso al servicio de la poesía, como también se puso al servicio de la oratoria. La escritura es una tecnología que muy pronto se pone a disposición de la literatura y de su comunicación, permitiendo que ésta pueda proyectarse en el espacio y en el tiempo y haciendo posible la lectura e interpretación de las obras literarias en contextos temporal y espacialmente separados de sus contextos de producción. La tecnología no ha dejado de estar nunca al servicio de la comunicación y al servicio de la literatura. En la comunicación literaria, la tecnología ha contribuido a que las obras literarias lleguen a más receptores, no sólo por la superación de los límites espacio-temporales de los contextos, sino también por la eliminación de obstáculos y dificultades en la obtención de algunas obras literarias, que, por estar agotadas o por ser de muy difícil localización, son leídas gracias a que se encuentran en bibliotecas o en repertorios virtuales. Las modernas tecnologías tienen una relación muy estrecha con la comunicación textual. La función de las nuevas tecnologías de índole digital o informática ha contribuido de manera decisiva a la difusión de la literatura, como también ha contribuido a la difusión de los discursos retóricos.
Las modernas tecnologías han permitido además, un tratamiento de las obras literarias que no había sido posible anteriormente. Es, por ejemplo, el caso de la elaboración de concordancias de una obra o de un conjunto de obras, en la que no sólo el proceso de elaboración, sino los resultados y, sobre todo, la funcionalidad y la utilidad del trabajo, se ven radicalmente transformados por la utilización de tecnología digital. A la vez, han hecho posible unas nuevas formas de literatura, unas obras que no podrían haber sido creadas sin la ayuda de la tecnología digital. Todo ello implica nuevas posibilidades no sólo de producción literaria, sino también de interpretación literaria, además de la necesidad de una nueva reflexión sobre las funciones de mediación literaria (edición de textos, crítica literaria, comentario o transformación de las obras literarias, etc.) a la luz de la incidencia en la misma de esta tecnología.
Esta colaboración de la tecnología digital con la literatura de todos los tiempos producida sin tecnología digital, con la poesía homérica, con la poesía trovadoresca, con la narrativa medieval japonesa, con la poesía del Siglo de Oro, con la literatura romántica inglesa, con la literatura de las Vanguardias, con las grandes novelas de la literatura universal, etc. etc. pone a disposición de la comunicación, del almacenamiento racional, del análisis, de la interpretación y del estudio de dicha literatura unos potentes instrumentos que permiten una difusión, un conocimiento analítico y un tratamiento de la misma como nunca antes había podido hacerse. No quiere esto decir que el conocimiento del lector que disfruta de la obra, que la asedia interpretativamente gracias a su gusto literario y a su experiencia lectora, el segundo conocimiento de la obra literaria según la explicación de Dámaso Alonso en Poesía española (Alonso, 1981) no haya de ser tenido en cuenta o no haya sido importante en la historia literaria de la humanidad; este conocimiento de la obra literaria siempre ha existido y la tecnología digital contribuye a su persistencia y a su ampliación. Piénsese en la interesante labor de mediación que ejercen las librerías electrónicas, que permiten la obtención en plazos de tiempo relativamente breves de obras literarias difíciles de encontrar o que, por otros medios, tardarían mucho tiempo en llegar a los lectores, piénsese igualmente en la mediación de las bibliotecas virtuales, que ponen al alcance del lector interesado multitud de obras a las que se accede de manera más rápida que en las bibliotecas físicas, sin que ello quiera decir que no hay que contar con éstas, que son insustituibles en muchos aspectos.
La tecnología digital ofrece, pues, importantes contribuciones a la literatura no digital, en asuntos muy diferentes. La existencia de construcciones web (sitios y páginas web) de autores y autoras es un importante elemento para el conocimiento literario, por la agrupación de distintas obras o de informaciones sobre las mismas, así como por las posibilidades de comunicación interactiva que ponen a disposición de la bidireccionalidad, siempre necesaria, entre autores y lectores; el contacto interactivo entre lectores y autores hace posible una comunicación que ahora se produce con una rapidez e inmediatez de las que nunca antes se había podido disponer, pero que responde a ese contacto comunicativo que, siempre que ha sido posible, se ha producido entre los lectores y el autor, del que un conocido ejemplo es el de las cartas de los lectores a Dickens a propósito de La tienda de antigüedades, con el fin de que evitara la muerte de un personaje.
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